Monsanto destruye el 40% de la población de abejas en Estados Unidos


Monsanto destruye el 40% de la población de abejas en Estados Unidos

Por Celeste Fassbinder / BWN Argentina
Los pesticidas de Monsanto, responsables de la muerte de aves, mamíferos, insectos y seres humanos, están provocando una reacción en cadena absolutamente fuera de control. Para el horror de los apicultores de Norteamérica, el preocupante declive de la población de abejas es cada vez peor. 
Según el último estudio anual del propio gobierno, los apicultores estadounidenses informaron perder 42,1 por ciento del número total de colonias gestionadas desde abril 2014 hasta abril de 2015, mucho mayor que el 34,2 por ciento respecto del año anterior.
Según palabras de A. Einstein, la vida sin estos insectos sería un desastre global. “Al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida. Sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres”.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) dice que hay 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos en todo el mundo, y 71 de ellos se polinizan con las abejas. Sólo en Europa, el 84% de las 264 especies de cultivo y 4000 variedades vegetales existen gracias a la polinización por abejas.
Si bien este articulo informa sobre una disminución del 40% de abejas en Estados Unidos, la cifra es mucho más peligrosa teniendo en cuenta que en 2012, la población de abejas de ese país había bajado otro 60%, ¿Por qué están desapareciendo estos insectos?
Por culpa de los pesticidas de Monsanto y otras biotecnológicas de los Rothschild, quienes mediante Greenpeace inventaron la mentira del Cambio Climático para justificar este problema y muchos otros, mientras toman control del negocio del carbón a nivel mundial.
Un ejemplo de culpabilidad de los agrotóxicos de Monsanto fue el Estado de Oregon, donde fueron halladas muertas 50.000 abejas por causa de los efectos de un pesticida de Monsanto. 
La Comisión para el Control de la Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) confirmó que la causa de lamuerte en masa de las abejas en Europa es concretamente el uso de un tipo particular de fertilizantes, llamados neonicotinoides (Monsanto, Bayer, Syngenta Etc.).
Los pesticidas de Monsanto destruyen al embrión empezando por su red neuronal, interfiriendo en los circuitos de aprendizaje (revista Nature communications*) del cerebro de los insectos. Los vuelve más lentos a la hora de aprender o se olvidan por completo de asociaciones básicas para su supervivencia, como relacionar el aroma floral y la comida. 
Las abejas, mueren porque no son capaces de alimentarse.
Así, la UE reaccionó y el 2013 prohibió el uso de 3 pesticidas.
El nuevo estudio muestra un nuevo desplome del 40% en la población de abejas
El estudio fue realizado por la Bee Informed Partnership en colaboración con los Inspectores Apícolas de América y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Los resultados preliminares indican que los apicultores estadounidenses fueron muy afectados en el verano de 2014, con una pérdida promedio de 27.4 por ciento de sus colmenas en comparación con el 19,8 por ciento del verano anterior.
Mientras que los números de invierno mejoraron unos 0,6 puntos porcentuales que el invierno anterior, la tasa de mortalidad de abejas es todavía demasiado alta para su supervivencia a largo plazo. Las pérdidas de colonias fueron del 23.1 por ciento durante los meses de invierno 2014-15, que es normalmente el período de mayor riesgo.
Incluso The Associated Press tuvo que informar que los entomólogos del estudio “se sorprendieron” cuando advirtieron que las abejas están muriendo más en verano que en invierno por primera vez en la historia. 
El coautor del estudio Dennis vanEngelsdorp de la Universidad de Maryland dijo a la agencia de noticias que ver las pérdidas masivas de colonias en verano es como ver a “una mayor tasa de gripe en verano que en invierno. 
Uno no espera colonias mueran a este ritmo en el verano “.
Monsanto y otras corporaciones sionistas parecen seguir un patrón muy parecido a un protocolo de extinción para la especie humana.
Todos los informes y denuncias científicas apuntan a Monsanto y otras gigantes de la biotecnología. Mientras los medios de comunicación siguen ocultando.
Patricia Dianon, Presidenta de la Asociación de Mujeres Rurales de Ghana (Foto: Justicia Global Ahora)

Ghana: el G7, bajo los auspicios de Monsanto, ataca la libertad de compartir las semillas

Patricia Dianon, Presidenta de la Asociación de Mujeres Rurales de Ghana
Por Heidi Chow / Common Dreams
En países africanos, como Ghana, las nuevas leyes respaldadas por los Gobiernos occidentales y las grandes Empresas de Negocios Agrícolas quieren evitar que los pequeños agricultores puedan compartir las semillas.
Mi madre me dio algunas semillas para que las plantase. Y del mismo modo, yo doy esas a mis hijos para que las planten. Es un proceso que no se detiene cada vez que damos las semillas a nuestros hijos. Y esto lo hacen todas las mujeres. No las compramos, las producimos nosotras mismas”.
Sentados bajo el sofocante calor de Ghana, Esther Boakye Yiadom me explica la importancia de las semillas en su familia y de la transmisión de conocimientos entre las distintas generaciones de mujeres.
Esther continúa explicándome la importancia de la comunidad para compartir y preservar las semillas: 
Tengo semillas de tomate, pero no tengo de okra. Pero otra mujer las tiene. Voy a hablar con ella y le pido algunas semillas. Si otra persona necesita semillas de tomates, yo se las puedo proporcionar. 
Porque cada temporada se producen cambios, y tal vez las mías no se desarrollen tan bien. Pero quizás las de esa persona sí. De este modo conseguimos plantar para la próxima temporada. Por eso las cambiamos”.
La capacidad de guardar e intercambiar las semillas después de cada temporada de cultivo es una práctica milenaria que asegura que los pequeños agricultores tengan semillas para sembrar el próximo año. 
Las semillas son gratuitas para el agricultor y sabe qué semilla es la que necesita, bien por las condiciones o porque quiera complementar su alimentación con otros productos. 
Cuando uno no tiene una semilla en particular, puede pedírsela a otros agricultores de la comunidad. Es el modo de compartirlas.
Esta libertad es esencial para asegurar un medio de vida sostenible y para que la comunidad tenga acceso a alimentos nutritivos y relevantes desde un punto de visto cultural. 
Pero todo esto está amenazado por un proyecto de ley, conocida como Ley Monsanto, que se quiere aprobar en Ghana, y que reforzaría el poder de la Empresa multinacional de semillas, restringiendo el derecho de los pequeños agricultores a mantener e intercambiar sus semillas.
Este ataque a los agricultores de Ghana se debe a los compromisos que el Gobierno de Ghana ha firmado para formar parte de la Nueva Alianza para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición del G7. 
A finales del año pasado ya expusimos el papel del Gobierno británico en este Nueva Alianza y su complicidad en este ataque, lo que originó una serie de preguntas en el Parlamento, así como una petición parlamentaria (Early Day Motion).
En este viaje de un par de semanas por Ghana he podido conocer a muchos agricultores y comunidades, compartiendo los sentimientos de Esther sobre las semillas y el papel fundamental que desempeñan para los agricultores y sus comunidades.
Cuando conocí a Patricia Dianon, Presidenta de la Asociación de Mujeres Rurales de Ghana, me habló de los aspectos espirituales y culturales de la semillas: 
Las usamos en los funerales; las ponemos alrededor de los sitios funerarios. Es la forma que tenemos de despedir a los muertos”. 
Me dice que despedir a los seres queridos con semillas es para que las tengan en la otra vida (lo que subraya la importancia de las semillas como fuente de sustento).
Sin embargo, en la agenda de las Empresas de Semillas, que se han abierto paso con la Nueva Alianza, el trato hacia los agricultores es el de considerarlos consumidores pasivos de semillas, controladas por estas Corporaciones. 
Hacen caso omiso de la importancia cultural de las semillas y el impacto económico que esto puede tener en los pequeños agricultores rurales, que tendrán que gastar dinero todos los años para adquirir las semillas, lo que antes conseguían de forma gratuita. 
Esto significará depender de las Grandes Empresas de semillas.
Pero este Programa está siendo desafiado en Ghana, y durante mi viaje me he encontrado con grupos, sindicatos y agricultores que han formado redes para luchar activamente para proteger los derechos sobre sus propias semillas y la libertad de decidir su modo de vida. 
Sus protestas son incansables y han consiguiendo que se paralice la aprobación de  la citada ley. Pero cualquier día esta ley podría volver al Parlamento, por lo que el movimiento está en constante alerta. 
Vamos a estar pendientes y mostrar nuestra solidaridad con el Movimiento por la Soberanía Alimentaria de Ghana, y denunciar la complicidad del Gobierno con el Reino Unido.
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Este artículo está bajo una licencia Creative Commons 3.0
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Heidi Chow es una activista en favor de la soberanía alimentaria y forma parte de Justicia Global Ahora.
Traduccion : Noticias de abajo

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