"Ya te lo dije, Jenkins: al final el 'non-core' en Barclays eres tú"


CARTA AL CONSEJERO DELEGADO DE UN EXEMPLEADO

"Ya te lo dije, Jenkins: al final el 'non-core' en Barclays eres tú"

Un año después de su primera carta, un exempleado español de Barclays se dirige al consejero delegado, cuyo rol está cuestionado, tras formalizarse la integración del negocio español en La Caixa


No hace aún ni un año que te lo dije, Jenkins. Fue un 22 de mayo y te mandé una carta firmada, con nombre y apellidos, para que reconocieras en ella a la persona con la que tuviste una entrevista en un hotel de Madrid unos años antes.

Es cierto que, al final de la misiva, te recordé uno de los proverbios chinos que más he tenido presente en mi vida, uno de los muchos que mi abuela me hizo tener presente sin entender muy bien del todo esa devoción a las citas orientales.

En los círculos financiero le apodan Mack el Cuchillo, aunque su nombre es John McFarlane y desde hace un par de semanitas es tu nuevo chairman; es decir, el nuevo presidente de Barclays PLC. Y acaba de llegar a tu vida profesional para quedarse.

La prensa británica ya se refiere a Barclays como “la entidad financiera proclive al escándalo” y un tal Nick Goodway, el pasado 22 de abril,se atrevía a escribir sobre la eventualidad de tu posible salida tras la junta de accionistas de la semana siguiente.

Ya lo dijeron: “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a los pobres infelices que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”

Me pregunto si probarás “el cuchillo” de Mack. 

Reconozco que se me dibuja una sonrisita en el corazón, porque no puedo dejar de pensar cómo tú “pasaste a cuchillo” a toda una plantilla de Barclays en España hace menos de una primavera. 
Es ahí donde el proverbio chino roza la perfección.

El cuchillito del nuevo capo tal vez trunque tu carrera profesional, pero seguro que te irás a casa con un bonus millonario recién cobrado, un generoso plan de pensiones y demás emolumentos.

Aun así, como lo que realmente duele a los de tu especie es dejar tras de sí un rastro de ineficaciaque sepas, Jenkins, que tu problema no eran los non-core españoles. 

Como ya te dije hace un año, el “non-core eras tú”. Y ya lo dijeron otros: “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a los pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”. Esta vez, Jenkins, la carta te la he llevado en mano.

Por motivos personales, la semana pasada estuve en Londres e hice un huequito de nada para acercarme a tu cuartel general.

Las calles de la City están plagadas de bicicletas con cartelitos de dos entidades financieras: la que tú diriges y la de un banco español que todos conocemos. Resulta “interesante” hacer un muestreo de bicis y de carteles en el metro londinense.

Si España es un negocio non-core, parece que hay un banco español que ya te ha comido el terreno, porque día tras día pierdes cuota y capitalización… Y tus accionistas lo saben.

En los círculos financiero le apodan Mack el Cuchillo, aunque su nombre es John McFarlane y desde hace un par de semanitas es tu nuevo presidente

A mi vuelta, se ha materializado la desaparición de tu rastro en España. Tus águilas y tus letreros azules son retirados de las fachadas de las oficinas para acabar en un contenedor.

Tus clientes británicos hacen fotos, en estos pueblos de la costa, de donde desaparece lo que para ellos era una referencia del imperio.

Pero día tras día sigues enviándonos, a nosotros, a los non-core españoles, tu propaganda para colocarnos una tarjeta Barclaycard.

Por lo visto, como vamos cortos de cash, sí somos estratégicos para darnos crédito al… 20%. ¡Será posible!

Mientras tanto, el nuevo propietario de la entidad, tras un ERE y 112 bajas forzosas, ha integrado el negocio y ha desintegrado tus águilas y a una plantilla de españoles. Y como no era bastante, ahora prepara una nueva tanda de despidos que aprovechará para continuar con el exterminio.

Lo dicho, Jenkins. En justa reciprocidad, si Mack the Knife acaba pasándote por su cuchillito, espero que antes vivas tu merecida agonía profesional, porque no hay más que probar el filo de la navaja para saber lo que duele.

Y a ser posible, siguiendo el refrán chino, para que el dolor te sea devuelto multiplicado por diez. 
El tiempo, que es el mejor autor de esta novela que es la vida, siempre acaba el guion poniendo las cosas en su sitio.

Bye, bye, Jenkins. Al final, como ya te dije por carta hace un año, resulta que el non-core eras tú.

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